Tal vez seas de los que opinas que es un mueble innecesario. Después de todo, cualquiera puede maquillarse en el baño. Para otras personas también puede parecer un mueble del pasado.
No obstante, hay bastantes buenas razones de peso para considerar la compra de un tocador. Algunas de ellas podrían incluso sorprenderte.
Este motivo puede ser particularmente motivador en un hogar con una familia numerosa. Los niños suelen tener su propio cuarto, pero los padres comparten una misma habitación.
Por ello, un tocador puede llegar a convertirse en una especie de zona particular. Un templo propio dedicado al cuidado de una misma donde podrás arreglarte de forma cómoda y relajante y dónde podrás tener tus propias cosas.
Te aseguro que cuando hablamos de tocadores no me refiero a uno de esos anticuados e infantiles tocadores de princesa. No es que crea que sean una mala elección, hay gente que los aprecia y logran encajarlos en el diseño de sus dormitorios sin problemas. Sin embargo, si no es tu caso, hoy en día tienes una amplia variedad entre la que elegir.
Desde los diseños más rústicos, hasta los nórdicos y minimalistas, seguro que hay un tocador que encajará con tus gustos y preferencias.
En vez de ir rebuscando por los armarios y cestas del aseo, por las estanterías, en los cajones de la cómoda y en las bandejas de la entrada o el salón, podrás al fin devolver esos objetos al lugar que les corresponde. Además es mucho más que probable que permanezcan allí, ya que es donde realmente se utilizan.
Un tocador es también una zona de almacenaje gracias a la disponibilidad de cajones que te permitirán almacenar gran cantidad de productos de belleza, maquillaje y joyería y evitar así que acaben en sitios menos adecuados.
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Disponer de un lugar específico en el que guardar todos esos objetos, hace mucho menos posible que los extravíes. Esto se especialmente cierto en joyas, pinzas para el pelo y cualquier otro objetos pequeños, pero también es increíblemente habitual perder cosas mucho más grandes, como un secador de pelo o un estuche de maquillaje...
Además, no perder las cosas también se traduce en un mayor ahorro de dinero gastado en reponer lo perdido. Esta es una magnífica excusa en el caso de que necesitases justificar económicamente la adquisición de un tocador... y eso por no hablar de evitar la habitual tensiónde ponerte a buscar algo justo cuando hay más prisa.
Muchos dormitorios disponen de espacio más que suficiente pero al final, acaba por desperdiciarse y todo termina amontonado en el suelo, en la famosa silla del montón de ropa o encima de la cómoda. Un tocador de buen tamaño se convertirá en un magnífico aliado a la hora de tener un dormitorio ordenado.
Si el espacio es el verdadero problema, un espejo montado en la pared con un tocador flotante puede ser lo mejor para ti. También existen muebles pequeños y otros están pensados para ser estrechos y encajar en cualquier hueco. Además, no debes olvidar que también dispones de tocadores de esquina y cuyo impacto al paso es mínimo.
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Si no es tu caso y dispones de espacio para un tocador más grande, podrás usarlo también como escritorio y espacio de trabajo. De hecho, una simple mesa adecuada acompañada de un buen espejo, puede ser considerado un correcto tocador moderno. Quién sabe, tal vez incluso allí escribas tu próximo gran trabajo.
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También puede ocurrir que te parezcan un tipo de mueble muy caro. En ese caso me alegra decirte que existen magníficos tocadores baratos para que no tengas que prescindir de su compra cuando el coste es el obstáculo.
Existen modelos desde los 70€ que incluyen espejo, mesa con cajones y asiento. Sólo piensa en el coste de esos 3 artículos por separado y creo que te irás haciendo a la idea.